Misión...

Así es como empiezo esta entrada porque la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba...
Hoy acompañé a unos amigos a entregar despensas y llevar un poco de esperanza a gente pobre, prometí acompañar y eso hice, tomé fotos de los rostros de la pobreza y vi como los niños jugaban y se olvidaban un poco de lo que les tocó vivir. Poco a poco al sonar  del claxon fueron apareciendo esos pequeños rostros llenos de ilusión, aparecieron los rostros de madres cargando a sus bebes porque como cada ocho días mis amigos les llevan un poco de ayuda, no la necesaria como quisieran pero al menos les llevan.
Primero los juegos para los pequeños, verlos sonreir entre tanta pobreza es una gran satisfacción, unos dulces que les iluminan el rostro, mientras las madres sentadas en un tronco observando, aplaudiendo, riendo, hablando popoloca su lengua natal...
Finalmente a entregar las despensas y ver aquellos rostros de alegria, esas caras que con un simple gesto te dicen gracias Dios les de mas...
Y fue aqui viendo a estas madres, observando, pidiendo por ellos, por sus hijos, sus familias, viendo como se les bajaban esas lágrimas de impotencia, de preocupación por no tener nada, por no tener que llevarse a la boca todos los días, por no tener que darles a sus hijos; con todo esto entendí que me preocupo por vanalidades en la vida, me enojo por tonterías insignificantes, ahora entiendo cuando me dicen te lo comes todo, acaso no ves que hay gente que ya quisiera llevarse ese bocado a su boca?? deja de gastar en cosas que no te sirven, deja de... deja de...
Lágrimas que salen de mis ojos viendo a esa gente, mi mente recorre pasajes de mi vida, me siento mal, me duele el corazón...